Hojas muertas.

Hoy es un día triste el cielo es gris, lo único que hay afuera son hojas muertas y frió, la casa esta sola, con una taza de té y una estufa pequeña trato de soportar la soledad, me pregunto ¿Quién más estará? ¿Por qué tantas mentiras? ¿Dónde esta la verdad?.
Me trato de calmar pensando en que si de verdad lo que teníamos era, iba a ser perfecto y algo más hizo que no se pueda, de verdad, mucha gente piensa que estoy bien, otros que no me debo quejar, pero no saben mirar al interior, menos deberían dejarse llevar por lo que un otro dirá ¿Cuándo se acabaran las mentiras? ¿Cuándo el cielo quebrado se abrirá? seguiré soñando que eso se puede cambiar, pero son tantas preguntas que no puedo respirar, hace meses que me siento ahogado, no por orgullo, ni por envida, egoísmo de no pedir piedad, sentí tanto miedo que se me hiela la sangre de volver a pensar. ojala algún día alguien le agregue luz al asunto se pueda aclarar.

Muchos sueños se perdieron y están rotos con las hojas muertas en el suelo, pero quizás con algo de suerte y esfuerzo alguno se pueda reparar.

Quizás es mas sencillo de lo que parece, quizás, ¿quizás? ¡quizás!, que más da, las dudas me atormenta sin cesar, el cielo se parte en mil trozos, la tierra parece morir, y los sueños huir, no se si a esto lo vera, si algún día escuchara, creerá, ¿por qué dudar? ¿por qué olvidar? que nos queda si no de donde venimos para ir a un donde vamos. mi aterrorizado corazón no volverá a sentir, de eso estoy seguro, es fácil vivir, es fácil estar, creo que deberé llevarme bien con mi vieja amiga soledad.

 No se si quede algo en este mundo por lo que deba confiar en mi, pero ahora pienso que en el mundo no, en el medio. Mi alma se marcho y como se a ido, nadie lo sabe y a nadie le importa, y así lentamente el olvido llego, el té se enfrió, el amor como una rosa se marchito, y la oscuridad junto al frió mi alma secuestro.
¿Qué nos queda si no es un amargo dolor?

Las dudas nos persiguen pero a nadie le interesa, todo sigue como si nada, como si no paso, y no entiendo ni voy a entender, fui uno, y ahora no soy nada, más que una hoja muerta que vuela con la fría brisa del invierno, flotando sobre las piras de hojas secas, a punto de quemarme y dejar sentir.